La biblioteca de Espaliú es un proyecto personal. Atiende a sus gustos y necesidades y por tanto, no es sistemática. Es, igualmente, una biblioteca generacional y dependiente de las modas y tendencias de su tiempo, básicamente las décadas de los 70 y 80 del siglo XX, secuencia en la que transcurren los años de crecimiento intelectual de su propietario. A través de los autores presentes detectamos las reivindicaciones literarias que tuvieron lugar en esos años, los géneros que fueron rescatados del olvido, como fue el caso de la novela de aventuras (con los ingleses Arthur Conan Doyle, William Beckford o H.Rider Haggard, y el francés Julio Verne), y la preeminencia de títulos de Poe, Borges, Nabokov y Octavio Paz que se mezclan con la atemporalidad de los autores clásicos como Cervantes, Shakespeare, Balzac…
En la sección de literatura hay abundancia de libros y revistas en español y francés, aunque también existen libros en inglés. Junto a la novelística destaca la presencia de los poetas (Cernuda, Char, Celan, Kavafis) y, entre éstos, autores cordobeses como Ricardo Molina, Juan Bernier, Francisco Gálvez y el estudio sobre Cántico de Guillermo Carnero, así como la existencia de numerosos ejemplares de revistas poéticas (Antorcha de paja, Poesía, Trece de nieve,…).
Este registro del tiempo se detecta también en los artistas plásticos mayoritariamente representados, en los que hay una abundancia de nombres europeos y, entre éstos, centroeuropeos (como los suizos Paul Klee y Giacometti, el checo Josef Sima y los alemanes Oskar Schlemmer, Eva Hesse y Martin Kippenberger), frente a los americanos (Joseph Cornell, Ad Reinhardt, Bruce Nauman, Annette Lemieux…), sin olvidar a quienes Espaliú tenía como referentes y modelos (Joseph Beuys y Louise Bourgeois) y a quién ayudó a salir del ostracismo (Joan Brossa).
Espaliú sentía una fascinación especial por el dadaismo y el surrealismo, a tenor de los libros sobre estos movimientos existentes en su biblioteca. Frente a la nómina de artistas más conocidos, como Picabia, Dalí, Max Ernst, Miró ó René Magritte, destacan autores de obra menos divulgada como Meret Oppenheim, Victor Brauner o Marcel Marien. También era de su interés el futurismo italiano, representado por monografías sobre Carlo Carrá, Mario Sironi y Enrico Prampolini.
El interés por la singularidad y rareza bibliográfica se manifiesta en ejemplares directamente conseguidos en las librerías de lance. Así, y entre otros, podríamos destacar el núm. 1 de la revista “Arte” de la Sociedad de Artistas Ibéricos, publicada en Madrid en 1932, el poemario “Misterio de la Poesía“ de César González Ruano aparecido en Roma en 1938 o una pequeña monografía sobre Renoir publicada en París en 1923.
Frente a estas disciplinas de la literatura y el arte, el otro apartado de considerable atención en la biblioteca de Pepe Espaliú lo constituyen los títulos sobre filosofía, estudios sobre psicoanálisis y sociología y textos sobre religión. En este caso el espectro formativo es mucho más amplio y divulgativo, con ejemplos sobre la filosofía clásica, ampliamente representada por textos de Platón, Aristóteles y Lucrecio entre otros, y seguida por trabajos de Kant, Nietzsche, Karl Jaspers, Martin Heidegger o Sigmund Freud, así como textos de pensadores más actuales, fundamentalmente del ámbito francés, como Jacques Lacan, Gilles Deleuze, Foucault, Derrida o Julia Kristeva.
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