El fotógrafo Joan Fontcuberta reflexiona sobre la IA en Vimcorsa

comunicacion - 07/04/2025 | Cultura

El fotógrafo Joan Fontcuberta reflexiona sobre la IA en Vimcorsa

El fotógrafo, ensayista, docente y comisario de exposiciones Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955) participó el pasado viernes en la Bienal de la Fotografía de Córdoba, que este año presta especial atención a la inteligencia artificial, para disertar sobre el proceso que ha llevado a esta disciplina desde la alquimia fundacional a otra forma de magia actual centrada en los algoritmos. Para Fontcuberta, la IA implica un cambio revolucionario de régimen visual derribando cualquier límite creativo.

Fontcuberta se ha situado a la vanguardia de la fotografía internacional de las últimas décadas por su incansable cuestionamiento acerca de qué es lo distintivo del propio fenómeno de la fotografía. Por extensión, también se interesa por cómo ésta se relaciona con la imagen, la ciencia, con la verdad, con el algoritmo, etcétera. Desde sus primeros proyectos, como Herbarium o Fauna, de los años 80, su fotografía disecciona los pilares clásicos del medio. En este caso, el principio de veracidad científica de la imagen. Pero es quizá con el proyecto Sputnik (1997) y su dirección artística de Arlés en 1996 cuando su obra recibe una atención más amplia, pues empieza a aparecer en los medios de comunicación masivos usando estrategias de parodia, desinformación, etc.

En El beso de Judas, también de 1997, Fontcuberta hizo toda una declaración de principios. Afirmaba que el punctum de la fotografía, ese azar que en ella nos afecta, “nace de una situación personal, es la proyección de una serie de valores que proceden de nosotros, que no están originariamente contenidos en la imagen”. Desde entonces, su trabajo se ha ido afectando, en movimientos de ida y vuelta, por todas estas crisis de la imagen. En algunos casos, investiga las mutaciones de la autoría, del ojo privilegiado y del gesto fotográfico, arribando a conceptos como la postfotografía. En otros, vuelve a la materialidad de la fotografía y trabaja con su superficie, con los rastros y la memoria del paso del tiempo sobre ella.

Así pues, Fontcuberta camina siempre con un pie en la imagen por venir y con otro en la arqueología de las primeras experiencias fotografías. Y todo ello, desde una visión que abraza la complejidad. Sin caer en la melancolía, ni celebrar acríticamente todo lo actual por el mero hecho de su novedad. Nadie mejor que él mismo, en el prólogo de su último libro Desbordar el espejo, para presentarse. Lo hace como un artista y teórico que “aspira a pensar la imagen y a pensar con la imagen, persiguiendo conquistar, más que la luz, la lucidez”.