El Centro de Arte Pepe Espaliú se sitúa en un edificio rehabilitado propiedad de Vimcorsa, Viviendas Municipales de Córdoba, S. A., en la calle Rey Heredia, 1, dentro del casco histórico de la ciudad. El edificio original, una vivienda particular de dos plantas con patio porticado, fue reformado íntegramente en 2010 para albergar la colección del artista Pepe Espaliú que poseen Vimcorsa y el Ayuntamiento de Córdoba. Su inauguración como Centro de Arte Pepe Espaliú tuvo lugar en octubre de 2010. El centro abre once meses al año y recibe una media de 1.000 visitas por mes. Lo que hace que, hasta la fecha, haya recibido más de 100.000 visitas.
En este edificio se exponen de manera permanente las 37 obras del artista cordobés Pepe Espaliú (1955-1993) adquiridas por Vimcorsa en 2008. Dicha colección se complementa con obras depositadas por el Ayuntamiento de Córdoba y por los herederos de Carlos González Espaliú. Suman así 45 piezas que representan toda la trayectoria de este artista fundamental del arte español de los años noventa. Espaliú es, de hecho, el único creador de Córdoba que ha disfrutado de una exposición individual en tres de los grandes centros de arte de España: Pepe Espaliú, 1986-1993, Pabellón Mudejar, Sevilla (1994); Pepe Espaliú, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (2002) y Círculo íntimo: el mundo de Pepe Espaliú, Instituto Valenciano de arte moderno, Valencia (2016).
Como estrategia de activación de la colección y el archivo del Centro de Arte Pepe Espaliú, se han organizado exposiciones temporales que contribuyeron a difundir y contextual nuestros fondos. Se trata de los proyectos:
Piezas de Pepe Espaliú procedentes de nuestra colección y archivo han sido prestadas para participar en exposiciones temporales de referencia. De entre ellas, destacamos:
El archivo personal de Pepe Espaliú es un apéndice fundamental del Centro de Arte que lleva su nombre. El grueso del mismo fue entregado al Centro por los herederos del artista dentro del lote adquirido en 2008 por Vimcorsa. Sucesivas aportaciones, en especial de Pepe Cobo y diversos coleccionistas particulares, han ido engrosando este archivo que representa, desde luego, otro vector fundamental para trazar la figura de Espaliú. Se trata de una memoria fragmentaria y subjetiva, como no puede ser de otra manera, del periplo vital e intelectual del artista. En él se recopilan manuscritos y bocetos de obras, reunidos en una decena de cuadernos de trabajo. En 2018 la editorial La Bella Varsovia publicó Pepe Espaliú. La imposible verdad. Textos 1987-1993. Una recopilación de sus escritos, a cargo de Jesús Alcaide, donde aparecieron por primera vez algunos textos procedentes de los cuadernos de Espaliú que se conservan en nuestro centro.
También se incluyen en este archivo los catálogos y publicaciones que, con carácter monográfico o colectivo, se acercan a su obra. De especial interés resultan los catálogos de las exposiciones individuales de Espaliú celebradas entre 1987 a 1993, en las galerías: La Máquina Española, Marga Paz, Carles Taché, Anders Tornberg y Van Krimpen. Son realmente piezas de colección pues el artista controlaba hasta el más mínimo detalle de dichas publicaciones. De hecho, éstas se convirtieron en una prolongación de su discurso y estética por la fusión de imagen y texto, así como por el uso de formas y texturas que, sin duda, se identificaban con su imaginario personal.
Igualmente fascinantes son los catálogos, que se conservan en este archivo, de las exposiciones comisariadas por Pepe Espaliú. En ellos, el artista se revela con un creador total, dotado de una audaz intuición y de un olfato estético abrumador. Suyos son los proyectos monográficos de Joan Brossa o Marcel Mariën, que supusieron un verdadero relanzamiento de la obra de estos artistas. Asimismo, fue comisario de Un secreto fluir, una exposición de carácter histórico, que trazaba inesperadas conexiones entre alguno de sus artistas fetiche: Barbara Ess, Julio Romero de Torres, Cristino de Vera y Rosemary Trockel.
La biblioteca personal de Pepe Espaliú completa los fondos que conservamos. Fue en 1994 cuando, de manera póstuma, ésta se donó a Arteleku, un espacio de experimentación plástica pionero en España al que el artista estuvo profundamente vinculado durante los últimos años de su vida. Transcurridos veinte años, y con motivo del cierre definitivo de aquella institución, la biblioteca personal de Espaliú arribó a Córdoba, al centro que lleva su nombre. Compuesta por unos 4.000 volúmenes, en los que abundan los textos filosóficos, la poesía y, cómo no, los catálogos y revistas de arte, esta biblioteca está disponible para consulta, no para préstamo domiciliario, en el espacio habilitado para ello dentro del Centro de arte Pepe Espaliú.