Las tonalidades musicales andalusíes del grupo Veterum Musicae y las esencias de la casa de perfumes Catriem se maridaron el pasado sábado en el patio principal del Centro de Arte Pepe Espaliú para transportar al público asistente a esos tiempos y a esos mundos de Arabia y Egipto en un concierto deliciosamente sensorial.
Fue la ocasión también para desvelar el misterio de la fragancia diseñada por la marca Catriem para esta edición del FIP Guadalquivir. El recital se proponía explorar la sinestesia olfativa y musical creada a partir del encuentro de las esencias de la ruta de la seda con las tonalidades de cada pieza interpretada. Así, la sala se fue llenando de las esencias de la Flor del Árbol de Seda, anís verde, madera de sándalo, rosa de Bulgaria, clavo, jengibre, vainilla, canela, ámbar y cacao, olores que fueron introduciendo cada pieza musical y que fueron conduciendo al público.
Los componentes de Veterum Musicae realizaron un peregrinaje musical que evocó los recuerdos sonoros de las composiciones de los trovadores occitanos y las nubas de los anónimos poetas andalusíes, atravesando enrevesadas piezas instrumentales del medievo más lúcido, melodías del Asia Central y los vigorosos y atávicos ritmos de la vieja Europa. El exquisito programa Fragantes Ayres se compuso de piezas anónimas del siglo XIV –Istampitta In Pro, Istampitta Isabella e Istampitta Belicha & canción Andalusí- , composiciones tradicionales sefardíes (Ay mansevo) y hebreas (Ki esmerà Sabat) y de música andalusí –Nuba raml Al maya (Ya achequin), La Bassa Castiglia, Yemenite folk song, Samaí Higaz, Españoletas, Gavotte y Recercada Segunda sobre la Spagna-.